El chileno está muy dolido por los silbidos que recibió de los hinchas. "En vez de ser apoyado por la gente, me hacen jugar nervioso", se lamentó el chileno.
No se permitía un tiempo para procesar los pensamientos. No hablaba desde la cabeza, sino desde el corazón. Triste, abatido y con ganas de desahogarse, por momentos Reinaldo Navia brindaba un monólogo que fluía con el matiz del desahogo. Los silbidos con que los hinchas lo despidieron el sábado -cuando lo reemplazó Malano-, resultaron un disparo directo a su alma. Tenía necesidad de descargarse tras esa reprobación que lo castigó por su floja actuación, justo cuando le tocó sustituir a Facundo Sava y debía aprovechar su chance para seguir de titular. Una nueva baja producción despertó el repudio de la tribuna y ahora, a su obsesión por anotar su primer gol en Racing, le sumó otra preocupación. -¿Cuánto te afectó la resistencia de la gente?-Tendré que acostumbrarme a eso. Fue triste. No sé por qué la gente se mete conmigo. No encuentro la lógica. A un futbolista se lo evalúa si jugó un torneo completo. No tuve mucha acción en el torneo pasado y en éste tampoco. Es injusto que me juzguen así. Sumados todos los minutos habré jugado cinco partidos (NdeR: fueron más de seis completos).-¿Por qué creés que te cuestionan tanto?-No tengo explicaciones. Siempre trato de hacer las cosas bien. Contra Lanús anduve bastante bien. Aparte, no soy el único jugador que no convirtió. Los hinchas tendrían que criticarme si hubiera jugado nueve o diez partidos.-¿Hacés autocrítica?-En las prácticas me va bien, pero en los partidos... No creo que haya jugado tan mal contra Tigre. A los delanteros no se nos presentaron posibilidades de gol. Pepe (Chatruc) tuvo una, Bastía otra y el Enano (Moralez) un par. Arriba tuvimos que aguantar pelotas en disputa, con lucha.-¿Te exigen más a vos que a los otros puntas?-No pongo excusas, pero está mal que se metan con un solo jugador. No sé si la gente quiere que gane los partidos yo solo... Quieren que haga tres o cuatro goles por partido; imposible.-¿Cómo te afectará esto en el futuro inmediato?-Hasta el final del torneo nunca podré jugar tranquilo en nuestra cancha. Es muy duro. No espero la ovación que les dieron a Chatruc y Bastía, pero un par de aplausos de los hinchas me hubieran servido.-¿Qué les dirías?-Necesitaba que me apoyaran un poco para que me motivaran. Cuando te tratan mal, consiguen que uno decaiga y se desanime. Cada vez que juegue de local voy a sentir esa presión. Por más que los compañeros o el técnico me digan que no haga caso a eso, en la cancha se escucha todo. En vez de sentirme apoyado por la gente, jugaré nervioso. Parezco un rival, nunca me alentaron. Es más, jugando de visita me siento mejor.-¿Te arrepentís de haber venido a Racing?-No, maduré mucho en la Argentina, me hice un jugador más responsable y crecí en lo futbolístico. Pero me mata que no logremos buenos resultados.El Choro clama piedad. Aunque su estadía en Racing, hasta ahora, no deja de estar en deuda.
(Fuente: Diario Olé)
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