Gorostegui dictó la suspensión preventiva del contrato de gerenciamiento y le mandó copia a la AFA. A De Tomaso ya lo habían acorralado quitándole ingresos.
El círculo se iba cerrando alrededor de Fernando de Tomaso. Y ayer terminó de completarse cuando Enrique Gorostegui, el juez que lleva la causa por la quiebra de Racing desde hace más de una década, dictó la suspensión preventiva del contrato de gerenciamiento. Parafraseando a Liliana Ripoll, la síndico que se hizo famosa por una frase, se puede afirmar que Blanquiceleste ha dejado de existir. Aunque no hubo comunicación oficial, la suspensión rige a partir de las cero horas de hoy. Incluso, desde la empresa adelantaron que De Tomaso ni siquiera irá a las oficinas que Blanquiceleste tiene en el centro. El gerenciador, por su parte, se reunió por la tarde con Julio Grondona (enemigo declarado) y se retiró sin hacer declaraciones y con cara de pocos (o ningún) amigo. Tan molesto se mostró que ni siquiera se quedó para la reunión habitual del Comité Ejecutivo.No es lenta. El fin había sido anunciado por Héctor García Cuerva cuando el pasado miércoles asumió oficialmente como nuevo interventor de Racing. Su primera acción fue solicitar una medida cautelar contra Blanquiceleste (pidiendo la suspensión) en el Juzgado Civil y Comercial N° 16 de La Plata, a cargo de Gorostegui. Esta vez, los tiempos judiciales no fueron nada lentos. Claro que no fue casualidad después de que el interventor mostrara su poder al asumir en el despacho de Daniel Scioli, el gobernador de la Provincia. García Cuerva trae el respaldo de Néstor Kirchner (el ex presidente, fanático de la Academia) y lo hizo notar, dato que Gorostegui no pasó por alto.Sin caja. El viernes pasado, mediante un oficio judicial que envió a la AFA, Gorostegui inhibió a De Tomaso para realizar transferencias de jugadores (compra o venta) y para seguir cobrando el dinero por los derechos de televisación. Un duro golpe para una empresa que ya tenía serios problemas financieros, que provocaron varios pedidos de quiebra en su contra (Costas, Merlo y Marín; entre otros). Fue el golpe que maduró el nocaut.El plan A de García Cuerva incluía una salida pacífica del gerenciador. Pero como De Tomaso pidió seis millones de pesos para irse, el interventor recurrió al plan B, la vía judicial. Le pusieron a De Tomaso la soga al cuello, pero se especulaba con que no terminarían de apretar el nudo hasta conocer la suerte deportiva del club, esperando hasta saber si Racing se queda en Primera. Pretendían que De Tomaso cargara con el costo político de una Promoción o un descenso. Sin embargo no pudieron esperar más, tal vez por miedo a que el gerenciador siguiera liquidando porcentajes de jugadores juveniles."Estamos felices, es un logro importante para los hinchas. Aunque la lucha debe continuar hasta el día de las elecciones, es el comienzo de la recuperación del club", aseguró Salvador Azerrad, integrante de la Mesa de Enlace.
(Fuente: Diario Olé)
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