Con gol de Matías Olguín de penal a los 35' de la primera etapa Germinal venció ayer en el clásico a Racing Club por 1 a 0 y clasificó para las semifinal del Torneo «Apertura» de primera división de la Liga de Fútbol Valle del Chubut.
El encuentro que a priori había despertado muchas expetativas por todo lo que había en juego, no terminó convenciendo, fundamentalmente por la falta de volumen de juego.
Más allá de la apertura del marcador -claro penal de Sardón contra Obelar, que casi contuvo el arquero Gallardo contra su palo izquierdo- y un remate de media distancia de Federico Muñoz que se extrelló en el travesaño academico, solo un par de minutos despues, en la primera etapa no pasó más nada.
El encuentro se jugó de tres cuarto a tres cuarto de cancha, todos le pegaban para arriba, nadie atinaba a ponerla debajo de la «suela» y pensar. Todo era vértigo, desprolijidad y nunca más de un par de pases acertados. Así se fue el primer tiempo, con el local arriba en el marcador y un Racing perdido en su propia maraña.
Todos los presentes en la cancha auxiliar «Héctor Omar Febrero» esperabamos que en el segundo tiempo los academicos salieran a quemar las naves. En un cambio táctico, importante -dejando tres en el fondo- Morant sacó a los dos marcadores laterales, Maza y Alvear, de muy flojo desempeño y mandó a cancha a Romero y a Jones buscando mayor producción futbolistica.
Con el correr de los minutos Germinal se comenzó a tirar peligrosamente atrás, ya con 10 hombres por expulsión de Federico Muñoz a los 9m. Racing, tan carente de ideas futbolística como en la etapa inicial, siguió haciendo todo mal. Se olvidaron que para ganar hay que hacer goles y para ello patear al arco desde cualquier posición.
El final del encuentro ya con dos jugadores menos en cancha -también expulsados- Obelar (Germinal) y Jara (Racing) se jugó en el area germinalista, donde aparecieron las experiencias de el «Dungui» Torres, «Pepe» Castro», Héctor Silva y Walter Dencor para disipar cualquier tipo de jugada de reizgo.
Racing podría haber llegado al empate, si no hubiera sido por la mala tarde de sus delantero, ausentes sin aviso el «Piojo» López, Osorio y Piras. Todo fue alma, corazón y vida, pero no alcanzó, por que Germinal terminó festejando por partida doble. Por una parte la victoria en el clásico y por otra la clasificación a semifinales.
El encuentro que a priori había despertado muchas expetativas por todo lo que había en juego, no terminó convenciendo, fundamentalmente por la falta de volumen de juego.
Más allá de la apertura del marcador -claro penal de Sardón contra Obelar, que casi contuvo el arquero Gallardo contra su palo izquierdo- y un remate de media distancia de Federico Muñoz que se extrelló en el travesaño academico, solo un par de minutos despues, en la primera etapa no pasó más nada.
El encuentro se jugó de tres cuarto a tres cuarto de cancha, todos le pegaban para arriba, nadie atinaba a ponerla debajo de la «suela» y pensar. Todo era vértigo, desprolijidad y nunca más de un par de pases acertados. Así se fue el primer tiempo, con el local arriba en el marcador y un Racing perdido en su propia maraña.
Todos los presentes en la cancha auxiliar «Héctor Omar Febrero» esperabamos que en el segundo tiempo los academicos salieran a quemar las naves. En un cambio táctico, importante -dejando tres en el fondo- Morant sacó a los dos marcadores laterales, Maza y Alvear, de muy flojo desempeño y mandó a cancha a Romero y a Jones buscando mayor producción futbolistica.
Con el correr de los minutos Germinal se comenzó a tirar peligrosamente atrás, ya con 10 hombres por expulsión de Federico Muñoz a los 9m. Racing, tan carente de ideas futbolística como en la etapa inicial, siguió haciendo todo mal. Se olvidaron que para ganar hay que hacer goles y para ello patear al arco desde cualquier posición.
El final del encuentro ya con dos jugadores menos en cancha -también expulsados- Obelar (Germinal) y Jara (Racing) se jugó en el area germinalista, donde aparecieron las experiencias de el «Dungui» Torres, «Pepe» Castro», Héctor Silva y Walter Dencor para disipar cualquier tipo de jugada de reizgo.
Racing podría haber llegado al empate, si no hubiera sido por la mala tarde de sus delantero, ausentes sin aviso el «Piojo» López, Osorio y Piras. Todo fue alma, corazón y vida, pero no alcanzó, por que Germinal terminó festejando por partida doble. Por una parte la victoria en el clásico y por otra la clasificación a semifinales.
(Fuente: Diario El Chubut)
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