Julio Grondona solicitó un encuentro a Néstor Kirchner para buscar una solución a la crisis político-financiera que atraviesa Racing, donde ambos mantienen fuertes intereses.
El titular de la AFA realizó el pedido a través de José Pampuro, a quien le transmitió su queja por el papel de la Blanquiceleste, la gerenciadora del club que preside Fernando De Tomaso.
Grondona y el presidente provisional del Senado se reunieron el último martes en el Congreso. Del café participaron Hugo Lamadrid y Salvador Azerrad, las cabezas visibles de la denominada Mesa de Enlace de Racing. Pampuro se comprometió a abrirles las puertas del búnker K, en el cuarto piso de Olga Cossettini 1553, lo antes posible.
“Queremos ir a Puerto Madero a pedirle a Kirchner que interceda”, anticipó Azerrad a Crítica de la Argentina.
–¿Que interceda para hacer qué? –preguntó este diario.
–Para que no intervenga más en el club el círculo de poder que lo rodea a él o que dice que actúa en nombre de él.
–¿A quién se refiere?
–Hay dos círculos de poder. Uno de los señores Hidalgo y Pires, que dicen hacer todo en nombre de Kirchner.
–¿Y el otro?
–De un tal Andrés Galera, que dice que responde a De Vido, y que tiene como tres millones y medio de dólares metido en la Blanquiceleste.
–¿Y cuál es el plan de estos supuestos hombres de Kirchner?
–Se están disputando la Blanquiceleste. Quieren dejarle el 25 por ciento de la gerenciadora a De Tomaso y ellos quedarse con el 75 por ciento. Quieren quedarse manejando el club por diez años más.
–¿Y buscan eso con el aval de Kirchner?
–Sería una locura que sea con el aval de Kirchner. Pero si Kirchner los conoce debería hacer algo con ellos. Que por favor frene a su gente. Eso es lo que le vamos a pedir.
–¿Hay otros hombres de Kirchner vinculados a Racing?
–Está un tal Daniel Álvarez junto al grupo de Hidalgo. Tuvo que ver con el pase de Pellerano.
–¿Y Máximo Kirchner?
–Y, yo hablé con él un día. Y él habló en su casa y la mamá, o sea Cristina, le dijo que si se metía en Racing lo mandaba a vivir a París. Por lo tanto, no creo que él tenga nada que ver con esto.
UNO POR UNO. Fernando Hidalgo es un empresario que ya colocó en el club a varios jugadores. Efectivamente trabaja junto a Daniel Álvarez y Miguel Pires. El primero es uno de los secretarios de Kirchner, el otro se vanagloria de ser amigo íntimo de Máximo, el primogénito de Néstor y Cristina.
El grupo capitaneado por Hidalgo consiguió que el empresario kirchnerista Sergio Taselli desembolsara en un fondo inversor más de seis millones de dólares para la compra de los volantes Cristian Pellerano y Nicolás Cabrera. Después puso 800 mil más por el delantero Sebastián Arrieta.
Taselli ostenta un portfolio de negocios variados. Al ministro de Planificación, Julio De Vido, le debe su ingreso en el mercado venezolano, donde vende maquinarias agrícolas.
El vínculo con los K es añejo. El empresario estuvo a cargo de la explotación del Yacimiento Carbonífero de Río Turbio (YCRT), cuando Kirchner era gobernador.
Actualmente tiene participación en Altos Hornos Zapla y Massey Fergusson, entre otras empresas. Eso sí, acumula como pocos denuncias por vaciamiento y, a pesar de los jugosos subsidios que recibía del Estado, en 2006 le quitaron la concesión de la ex línea San Martín por su pésimo servicio. Lo mismo le sucedió con el ex Ferrocarril Roca, luego de que usuarios enardecidos destruyeron parte de la estación Constitución.
En el universo racinguista, también le adjudican al grupo de Hidalgo el regreso a préstamo de Maximiliano Moralez. Concretamente, aseguran que por un pedido de Máximo Kirchner se logró destrabar el millón de dólares necesario para repatriar al habilidoso mediocampista.
Néstor ya había hecho varias gestiones personales a favor del club. Una de ellas fue pedirle respaldo económico a Jorge Brito. El banco Macro se transformó desde entonces en el sponsor de La Academia.
En las tribunas se lo retribuyeron. La Guardia Imperial, agrupación que cobija a la barra brava, hizo flamear una bandera que decía “Kirchner 2007-2011”. Hoy, producto de la interna, asoma en medio de la hinchada otra con el menos agradable “Kirchner traidor”. Y eso que el ex mandatario, al igual que el embajador en Chile, Ginés González García, suele tener contacto con varios simpatizantes del club.
DON JULIO. En las últimas semanas hubo tres movilizaciones racinguistas, una de ellas ostensiblemente violenta, reclamando la intervención de Grondona. Pero la razón que decidió a don Julio a dar el paso fue otra: De Tomaso le debe a la AFA un millón de dólares. Con ese dinero se avalaron las contrataciones de los jugadores paraguayos Salcedo, Cáceres y Ávalos.
Don Julio ahora se desquita retaceándole a Racing el adelanto del dinero que cobra por la televisación de los partidos. La Academia es uno de los clubes que más plata recibió por ese concepto.
Grondona relató la situación a Pampuro con lujo de detalles. Y la Mesa de Enlace aprovechó su paso por el Congreso para acercarle a la diputada Delia Bisutti todas las presentaciones judiciales iniciadas por Sarcac (Socios Autoconvocados de Racing Club Asociación Civil) y Modera (Movimiento Democrático Racinguista) contra la Blanquiceleste.
Bisutti, vocal de la Comisión de Deportes de la Cámara baja, está ejerciendo presión ante la Inspección General de Justicia (IGJ) para que se transparenten los números del club.
–La IGJ tiene que pedir los balances que Blanquiceleste SA no presentó –exigió Lamadrid.
PODEROSO EL CHIQUITÍN. Pampuro es fanático de San Lorenzo pero tiene viejos amigos en el club de Avellaneda. El senador suele concurrir a La Raya, un restaurante de la calle Ortiz de Ocampo que se especializa en lengüitas de cordero a la vinagreta. Al presidente provisional del Senado no lo moviliza el plato de la casa sino dos de sus clientes dilectos, Alfio Basile y Reinaldo Merlo.
No son encuentros fortuitos. Pampuro conoce al técnico de la selección desde hace décadas. Han compartido más de un picado y de una picada en la quinta Los Caudillos, de Hugo Toledo. En ese predio de Ezeiza solía reunirse la task force de Eduardo Duhalde.
La mesa no tarda en completarse con otras presencias rutilantes, como la de Carlos Babington y también la de Ramón Díaz. A Pampuro y al técnico de San Lorenzo los une algo más que una pasión futbolera: sueñan con un proyecto común de la mano de Marcelo Tinelli. El conductor de Bailando por un sueño tuvo un papel protagónico en San Lorenzo, y no sólo como organizador de la fiesta del centenario, sino como sostén económico del equipo de Ramón. En su momento bancó a Gastón Fernández, Ezequiel Lavezzi y Cristian Ledesma.
Kirchner estaría encantado de compartir esa sobremesa. De estar en ese restaurante de Palermo, se hubiera reencontrado después de mucho tiempo con Merlo. Y aquí hay un dato poco conocido: antes de asumir la dirección técnica de Racing, Mostaza tuvo una cita furtiva con Kirchner en la quinta de Olivos. Sólo ellos saben de qué hablaron. Por entonces, se decía que el ex presidente prefería la continuidad de Diego Simeone en la conducción del equipo.
El fanatismo del ex mandatario por La Academia es de una evidencia pasmosa. El libro El último peronista. La cara oculta de Kirchner, del periodista Walter Curia, lo pinta de lleno. Tres compañeros de convivencia en La Plata, en los años de facultad, recuerdan los episodios de sonambulismo del ex presidente: “Gritaba goles de Racing parado al lado de la cama. Lo fuimos a buscar a la calle varias veces”.
(fuente: la politica on line)
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